Descubriendo a Beatriz Alcaná. Presentación de “Teseo en llamas” en Béjar

Fue a finales del año pasado, si mi memoria no me falla, cuando saltó la noticia de que una escritora de nombre Beatriz Alcaná había recibido en el ayuntamiento de Salamanca el Premio de Novela Ciudad de Salamanca. Quizá antes de eso los medios habían hecho referencia al fallo sin que me diese cuenta de su identidad. Porque Beatriz Alcaná es su pseudónimo y no su nombre real, y además en todas partes aparecía que su origen era salmantino, sin especificar más. Cuando vi su rostro en las fotografías del consistorio salmantino reconocí a mi compañera de instituto allá por los años 90 y de piso a finales de esa década, a quien había perdido la pista desde hacía mucho tiempo.

Enseguida me puse en contacto con ella para transmitirle una enhorabuena que se merecía por haber sido la ganadora de un prestigioso premio  al que habían concurrido 763 originales de todo el mundo. Y desde el principio nos planteamos conjuntamente una presentación en Béjar, organizada desde el Centro de Estudios Bejaranos, que se fue posponiendo hasta el mes de julio.

Y precisamente fue ayer cuando, en una tarde calurosa y con una competencia tan furibunda como una Eurocopa de fútbol, tuvo lugar la puesta de largo de Teseo en llamas en el palacete de El Bosque de Béjar. José Antonio Sánchez Paso fue el presentador de honor, entre otras cosas porque había sido miembro del jurado de aquella edición del Premio.

En un mano a mano distendido Alcaná y Sánchez Paso hablaron de los orígenes bejaranos de la autora (bejaranos y de otros pueblos de Salamanca. Ella se considera de la provincia), de la literatura fantástica y gótica, y, por supuesto, de la novela. La trama, aunque se ambienta en el Madrid de los años 50, remite al mito griego de Fedra, aunque insistieron en que la novela es accesible para todos los públicos y de fácil lectura. El filólogo recordó que no es el primer bejarano que se alza con el galardón, pues ya lo había hecho Pedro García Martín hace unos años, aunque está bien aclarar que Beatriz es la primera bejarana, eso sí. También se habló de la comparación de la autora bejarana con monstruos de la literatura como Mary Shelley o Bram Stoker, que ella misma considera exagerado, o de las diferencias entre novela gótica y novela de terror. O del exhaustivo proceso de documentación para ambientar algunos de los capítulos de la trama, como por ejemplo la etapa de unos de los personajes en la Guerra de los Diez Años que tuvo lugar en Cuba.

No dejaron de lado los próximos proyectos literarios de Alcaná, que Beatriz prometió presentar en Béjar esperando no coincidir con partidos de fútbol.

Textos: Carmen Cascón Matas

Fotografías: Enrique García Periáñez

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