La música recrea los ambientes en que se movieron nuestros antepasados, sus gustos y preferencias. Esas mismas melodías fueron las que escucharon mientras se relajaban de sus fatigas, haciéndoles la vida un poco más llevadera. Todas las clases sociales tenían la oportunidad de deleitarse con la música sacra en los acontecimientos religiosos y con la música profana en las fiestas civiles, ámbitos urbanos al aire libre (la más popular), palacios y teatros (la más culta).
El Centro de Estudios Bejaranos y el Ayuntamiento de Béjar han querido ir de la mano este año para ofrecer un concierto singular dentro del programa de Ferias y con motivo de los acontecimientos ocurridos en Béjar en la Revolución Gloriosa de 1868. Con el título “Retratos pianísticos” pretendíamos recrear con piezas de piano la música que escucharon diferentes bejaranos a lo largo de su vida. El proyecto, ideado por Ignacio Coll Tellechea, contaría con las manos prodigiosas de la pianista bejarana Marina Fernández Rueda, con una trayectoria impecable que le ha hecho merecedora de varios premios y becas, con interpretaciones en varios países de Europa como Francia, Inglaterra, Italia, Holanda o Portugal.
El acto comenzó con la presentación por parte de la concejala de Cultura, Ana Vicente Peralejo, y de la presidenta del CEB, Josefa Montero García. Esta última desveló la dinámica del concierto. Consistiría en la interpretación de diferentes piezas al piano dedicadas a bejaranos de los siglos XIX y XX. Antes de cada una de ellas varios investigadores ofrecerían unas pinceladas biográficas de estos paisanos a los que se quería homenajear. Su selección tenía que ver con la “revolución” que significaron sus vidas para la ciudad, cada uno en su ámbito, en su contexto, en su vida, aportando ideas o implicándose por su progreso.
Tras esta introducción, Josefa Montero García presentó a Marina Fernández Rueda. El primer personaje, explicado por la misma Montero García, fue Rufino Agero Brochín (Béjar, 1868 – Béjar, 1943), abogado, político, escritor, profesor, músico y compositor. Desde hacía décadas no se escuchaba en Béjar nada salido de su mano y ésta era una buena ocasión para hacerlo. Tres valses de su obra Las carabelas de Colón, compuesta en 1893, sonaron en la sala.
Después fue Emiliano Zarza Sánchez el encargado de explicar la azarosa vida del maquis bejarano Manuel Tabernero Antona, alias Lyon (Béjar, 1913 – Talavera de la Reina, 1946), jefe de la agrupación Gredos. Para contextualizar al personaje Marina Fernández Rueda interpretó a Serguéi Prokofiev y una pieza de sus Cuentos de la abuela.
A continuación Teresa López Hernández desgranó la breve historia de las mujeres trabajadoras del textil bejarano que formaron parte del sindicato Despertar Femenino (Béjar, 1920–1936). Defensoras de los derechos laborales y sociales, fue considerado un espacio pionero de organización femenina en la ciudad durante el primer tercio del siglo XX. La música elegida fue Capricho en forma de vals de Clara Schumann.
Aquí se hizo una pequeña parada, justo a la mitad del concierto, para escuchar al compositor imprescindible de finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX: Ludwig van Beethoven con su Sonata n.º 20, Op. 49 n.º 2.
Carmen Cascón Matas, en representación de Juan Félix Sánchez Sancho, homenajeó a Anselmo Olleros Pérez (Béjar, 1807 – 1860), político, gran propietario y fabricante, que fue capaz de traer a Béjar la tecnología puntera de su tiempo viajando por distintos países de Europa (Francia, Inglaterra, Bélgica). Cosmopolita y con visión de futuro, fue el fundador de la fábrica textil de El Navazo, cuya trayectoria se extendió hasta finales del siglo XX. Para recrear la música que escucharía en los teatros y salones de Europa, Marina Fernández Rueda interpretó a Franz Liszt y su Consolacion n.º 3.
No podía faltar uno de los protagonistas de la Revolución de 1868: José Fronsky (Vilna, Polonia, 1831 – Londres, Inglaterra, 1910), explicado por su biógrafo Ignacio Coll Tellechea. Militar y técnico textil, viajó a Londres donde entraría en contacto con el círculo del general Prim. Llegó a Béjar a trabajar en una fábrica textil en 1866 y desde ese momento participó en todos los levantamiento civiles para derrocar a Isabel II. Héroe de la Revolución, su arrojo fue premiado con destinos diplomáticos en distintas partes del mundo. Seguramente en su largo periplo por el globo escucharía el Nocturno n.º 19, Op. 72, n.º 1, de Frederic Chopin.
Para concluir, José Ignacio Díez Elcuaz ofreció pinceladas biográficas de Jerónimo Rodríguez Yagüe (Béjar, 1840 – 1903). Político y empresario, desde Madrid y en su cargo de diputado y senador vitalicio por el partido progresista y después por el partido liberal de Sagasta, consiguió importantes proyectos para Béjar. Fue uno de los empresarios más relevantes de su tiempo. En su homenaje sonó una pieza de Enrique Granados Quejas o la maja y el Ruiseñor. Para cerrar el concierto Marina Fernández Rueda interpretó a Franz Schubert y su Impromptu Op. 90, n.º 4, pero, tras los aplausos de un público puesto en pie, concluyó definitivamente con una pieza de Claude Debussy de su obra Estampes.
La pianista fue obsequiada con un ramo de flores por la concejala de Cultura, Ana Vicente Peralejo. Damos las gracias al Ayuntamiento de Béjar por las facilidades que nos ha brindado para la celebración de este concierto, a Marina Fernández Rueda por su virtuosismo al piano, a los colaboradores e intervinientes y a todos aquellos que nos acompañasteis, entre ellos a Purificación Pozo García, ex concejala de Cultura, también presente en el concierto.
Este acto ha sido grabado y el video podrá visualizarse en breve en nuestro canal de Youtube.
Texto: Carmen Cascón Matas
Fotos: Enrique García Periáñez.